Python de la semana: Graham Chapman

Graham Chapman nació el 8 de enero de 1941 en Leicester, Midlands, Inglaterra. Cuando tenía tres años, tuvo la oportunidad única de ser testigo de la caída de un aeroplano. Su padre, un oficial de policía británico, había sido llamado para el accidente. Tal aprendizaje temprano de Chapman le fue dado puesto que el niño permaneció desatendido entre espirales de fuego y humo, descubriendo trozos de cuerpos y otros restos humanos.

Mas tarde contribuyó a crear el Monty Python's Flying Circus. Su participación en el equipo como escritor y actor fue vicioso, irreverente, filosófica, homosexual y unánimemente considerada como brillante. Su vida fuera de la pantalla y el escenario fue extravagante y marcada por el alcoholismo.

El reconocimiento y fama internacional que siguió a la evolución de los Monty Python creció en paralelo al fenómeno de fans que se asocia con las estrellas del rock. No hubo regla de la sociedad que no haya sido puesta en solfa por el grupo. Y por ello resulta natural que Chapman haya roto la regla de silencio que era, y sigue siendo, impuesta sobre los gays en la industria del entretenimiento.

La franqueza de Chapman alrededor de su orientación sexual se muestra en un famoso sketch titulado "El problema del ratón", una pieza que muestra a hombres adultos disfrazados como ratones e implicados en unas fiestas secretas para catar queso. Los disfraces exageradamente femeninos fueron comunes entre los miembros de los Python, pero Chapman se lucia actuando en papeles de figuras de autoridad ridiculizadas como policías o generales. En "El sentido de la vida", Chapman escribió (y actuó) en una secuencia en donde un hombre es sentenciado a muerte por el delito de realizar juegos sexuales. Al reo se le ofrece la oportunidad de escoger la forma de su ejecución, y elige se aplastado por un grupo de chicas en top-less.

En 1988, cuando ya había superado su alcoholismo, Chapman fue diagnosticado de cáncer terminal de laringe y en la medula espinal. Al final, rechazó la hospitalización, sabiendo la inutilidad de los tratamientos, y falleció a la edad de 48 años, un día antes de celebrarse el veinte aniversario de los Monty Python. Michael Palin y John Cleese estaban a su lado.

El actor hizo del mundo un lugar mejor, haciendo que el mundo se riese de si mismo.